jueves, 17 de diciembre de 2009

Sonrisas inmortales

Suzanne esbozaba sonrisas al óleo un día cualquiera de un mes cualquiera. Acostumbraba a tiznar el lienzo diseñando personajes dotados de su propia vida. Algunos eran rubios, con esmeraldas en vez de ojos. Otros morenos, y pelirrojos con pecas espolvoreadas por el rostro. Cuando se sentía satisfecha, recortaba las sombras que proyectaban en cada fracción de minuto y las escondía bajo el aura. No soportaba las carantoñas de la aflicción, por eso asignaba a sus personajes carcajadas inmortales; para aprender a dibujar sonrisas más allá del pincel.
Y así era como Suzanne empuñaba sus pinceles cuando colisionaba con la sinrazón; engullendo cada esquina, alternando colores y aromas con incautos pensamientos.
Y así fue como Suzanne deshizo su sonrisa bajo las sábanas.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Los labios muy rojos y los ojos muy negros

Suzanne omite sus labios bajo el carmín. Y los ojos de negro. Rubia, rock n'roll all nite. Fulminante, meteórica. La ceniza del último cigarrillo inhala sus últimas bocanadas de alcohol, mientras un amante infame, el cualquiera, se hace una raya de exasperación.
- Acércate, nena. Vamos a pasárnoslo bien. Estás preciosa - le dice, comiéndosela con la mirada entre las sábanas.
Pero Suzanne siente los labios excesivamente caricaturizados, y los ojos consumados. Trazados en el vacío de la desvergüenza, tiznados como un cuadro extraviado para transmutar el rostro de la indecencia. Mas no sirve de nada, y la heroína se abre paso entre glóbulos rojos de consternación. Arroja el pintalabios contra su propio reflejo, que detona en el eco de carcajadas renegadas. Él se incorpora de un salto y se aleja, gritando por sus pupilas dilatadas, murmurando con el Bourbon abrasando sus dedos. A trompicones.
- ¡Estás como una jodida cabra! ¡Como una jodida cabra!
Y Suzanne vuelve a sumirse en su desequilibrado desamparo, entre fragmentos de cristal y sangre derramada.

Con los labios poseídos de escarlata y los ojos satirizados de negro.
Sin sonrisas, sin aplausos al bajar el telón.