lunes, 29 de diciembre de 2008

El desierto de las almas errantes


Las nubes se extinguirán, y no volverá a llover sobre la tierra. El planeta se detiene, atravesado por mis pensamientos. Al ritmo de los estigmas que carbonizan mis brazos.
La senda del dolor es la travesía hacia las respuestas que nunca serán halladas, y el descarte del dolor conlleva otra forma de felicidad: parálisis mental, el infierno de los lobos.
Dimensiones teñidas de rojo. Discordancias, tareas inconclusas, proyectos errados, tanta belleza por saborear y tanta incapacidad para degustarla...
Demasiada retórica para tanto deseo.
Y el algodón que se alza sobre nuestros cerebros llora por última vez. Estamos estigmatizados, jamás podremos ser lo que soñamos. El mundo ya está teñido de rojo, dueño de máscaras que juegan al escondite de la identidad. Welcome to the desert of wandering souls, plebeyos incapaces de mirarse a los ojos. El dolor nunca es recompensado. Se escoje, se soporta.
Solo existen los besos omitidos en el desierto, los que nunca hallarán su destino...

1 comentario:

unai dijo...

joe sune, kada vez me encanta mas lo k eskribes, sigue asi y llegaras muy alto