martes, 24 de febrero de 2009

Frustración

Suzanne arrojó la botella contra el asfalto, acompañando aquel estallido con un bramido. Gritó, gritó hasta que perdió todo signo de entereza... y la ira se vistió de llanto. Derramó lágrimas entre sollozos, pálida y borracha, completamente cuerda, absolutamente debastada.


Porque se aborrecía, se subestimaba y se consumía a sí misma.

1 comentario:

unai dijo...

es muy intenso, se ve que as espresado todo, me encanta lo que escribes, sigue asi jej